El artículo de hoy no pretende hacer sentir bien a nadie.
Por el contrario, si muchos se sienten mal con lo
que lean a continuación, mejor. A veces es necesario darnos cuenta de
ciertas verdades para poder efectuar cambios que valgan la pena en
nuestras vidas.
Antes que nada, quiero recalcar que
independientemente de las “etiquetas” que se usen para las personas,
diciendo que tienen baja o alta autoestima, que son pobres o ricos…
etc., todos son PERSONAS, y por lo tanto tienen un valor intrínseco.
Como autor de Desarrollo Personal, no me voy a
olvidar de este hecho, ni mucho menos voy a pasar por encima de nadie.
La idea es más revelar una verdad, que herir sentimientos.
Así que la información a continuación, debe tomarse como una idea para el crecimiento, y no como un ataque.
Habiendo dicho eso, entrenemos en materia
¿Qué tiene que ver el dinero con la autoestima?
Quizás para algunos, nada. Pero como veremos a
continuación, prácticamente las situaciones financieras de todo el mundo
se definen por el nivel de autoestima que tengan las personas.
¿Cómo puede ser eso posible? Sigue leyendo…
Empecemos por definir la autoestima en términos
sencillos de entender. Una persona tiene autoestima alta, cuando su
percepción sobre sí mismo, es positiva y optimista, y sobre todo cuando
confía en sus capacidades e incluso al conocer sus debilidades, rompe
sus propios límites.
Una persona con baja autoestima, no sólo cree que
vale poco, sino que también limita su potencial, su percepción sobre sí
mismo es negativa y por lo regular sus pensamientos son pesimistas.
Cuando pequeño, yo confiaba en la sabiduría de los
viejos. Pero hace mucho tiempo que no. ¿Por qué? Sólo basta con
prestarle atención al lenguaje de la mayoría de ellos. En mi caso,
muchos de los adultos mayores que conozco, y que tengo la oportunidad de
escuchar hablan en términos bastante pesimistas.
Y no los culpo, los tiempos están cambiando muy
drásticamente y antes las cosas para ellos eran diferentes. Muchos
quedaron atrapados en una Zona de Confort bien pequeña antes de la era de la información. A muchos les parece negativo que los jóvenes hoy usen la tecnología todo el día, y lo consideran “anti-natural”.
Y otros consideran que ganar dinero
en Internet es imposible, o es una pérdida de tiempo. Alguna vez
escuché a una persona (incluso, no de mucha edad) diciendo: “Eso de ganar dinero sentado en un computador en la casa, es una alcahuetería”.
Desvalorando todo el esfuerzo y el trabajo que hay
que realizar para que algo así funcione… pero no, sus paradigmas no la
dejaban pensar en que el mundo está cambiando, y en que simplemente los
que se adaptan son los que sobreviven.
Volviendo al tema, las personas mayores, por lo
regular son muy pesimistas, y esto lo digo así de seguro porque me he
dedicado a analizar el lenguaje de muchas personas con las que debo
relacionarme. (También me respaldan algunos estudios sobre la mente, que
indican que el 80% del diálogo interno se compone de negativismo).
Son pocas las personas que sin ninguna influencia externa, han logrado ser positivos y optimistas por su propia cuenta. Es decir que de forma “natural” tendemos a ser negativos. Y esto nos lleva al tema de la autoestima.
¿Cómo podría tener una persona alta autoestima si
vive en una sociedad en la que le enseñan a ser negativo con todo? Por
todas partes vemos personas hablando de que están “de mal en peor”, que
la crisis mundial los ha azotado injustamente, y que ellos merecen una
vida mejor.
E incontables cosas más…
El caso es que su autoestima está totalmente por el suelo… ¿Por qué? Porque ellos no son capaces de hablar bien
de sí mismos, ni siquiera en términos financieros. A veces recuerdo
cuando se me obligaba a “respetar a los mayores” y a su “sabiduría”.
Pero ahora, quienes merecen más de mi respeto, son aquellos que pueden
demostrar que tienen razón, con hechos.
Si una persona dice que es mejor “no hacerse grandes
esperanzas” para evitar dececpiones, y esa persona nunca logró nada
grande en la vida, entonces yo ni le presto atención (quizás por educación
o decencia le escuche, al menos). Muchas personas mayores que yo, y que
creen que “saben de la vida” realmente no saben nada, son negativos,
pesimistas y no tienen mayores logros.
Y una vez más, no busco atacar a nadie, sólo que me
enfoco en la Verdad, y realmente la verdad es esa. Muchos han intentado
darme “consejos” y decirme que yo tengo que madurar, y dejar de estar en
un computador, en vez de conseguir un empleo de verdad… que yo puedo
tener uno de los mejores empleos en una multinacional o algo parecido.
Y ahí se nota
su autoestima (ya vamos llegando al tema del dinero). Ellos no son
capaces de tomar riesgos, porque DESCONFÍAN de sus habilidades y
capacidades para sortear todo tipo de dificultades, e incluso para
recuperarse de los fracasos.
El terror más grande de una persona con baja
autoestima, es el de fracasar, y es por esto que juegan a la segura. Y
claro, la sociedad tiene muchos “atajos” preparados para este tipo de
personas que buscan seguridad (aunque eso es tema de otro artículo).
El Dinero Y La Autoestima
Pero, ¿Cómo puede afectar la autoestima a la creación de abundancia?
Muy sencillo, cuando una persona tiene una situación
financiera mala, usualmente se debe a su mentalidad de escasez. Y la
mentalidad de escasez, no es más que un reflejo de los pensamientos que surcan su mente.
La escasez es una consecuencia de la baja
autoestima. La persona que no se valora a sí misma, no cree merecer
mucho, y no sólo hablo de dinero. Muchos no creen merecer verdadero
amor, ni una casa grande, otros no creen merecer la tranquilidad de no
tener deudas, y piensan que son un “mal necesario”… etc.
¿Vas viendo la relación entre la autoestima y el dinero?
Ahora bien, ¿Qué pasa con una persona que tiene
autoestima alta? Pues como lo dije al principio, dicha persona estará
más dispuesta a hacer las cosas diferente, independientemente de lo que
digan los demás. Asimismo, tendrá menos temor a lo desconocido y
confiará mucho más en sus capacidades para resolver los problemas que se
le presenten.
La autoestima alta, se debe a un conjunto de
parámetros bien establecidos, tales como la autoimagen. Cuando tenemos
una buena autoimagen, nos percibimos a nosotros mismos incluso mejor de
lo que objetivamente podemos ser.
Un empresario o emprendedor que quiera prosperar
siempre debe tener una autoimagen por lo alto, pues sólo así logrará ir
transformado su vida y su entorno para adaptar la realidad a su
autoconcepto.
Normalmente, las personas tenemos una manera de
vernos, una especie de fotografía mental sobre nosotros mismos, que nos
dice “cómo somos” y “cómo estamos” en determinado instante. De esto
depende nuestra actitud en prácticamente todo lo que hacemos en la vida.
Supongamos que alguien tiene baja autoestima y desea
emprender como independiente. Esa persona, al no creer que merece
mucho, lo primero que va a hacer
es preguntarse “¿Y cuánto debo cobrar? Quizás la gente no esté dispuesta
a pagarme… mejor bajo los precios para no decepcionar a nadie, ni a mí
mismo”.
Éste tipo de personas, por lo regular no valoran su
trabajo y cobran menos de lo que deberían, aún si entregan un buen valor
al mercado. Y como puedes suponerlo, con precios no-sostenibles y otro
tipo de estrategias basadas en el miedo, el fracaso es seguro.
También tenemos el tipo de personas que creen que
sin dinero no valen nada. Obviamente esta gente no ha comprendido que
como seres humanos contamos con un valor intrínseco, y que el dinero no
es más que un medio para vivir disfrutando nuestro pleno potencial.
En definitiva, las acciones que realizamos día a
día, y las decisiones que tomamos durante nuestra vida, estarán
enmarcadas bajo nuestro carácter, patrones de pensamientos, paradigmas y autoestima. Y de no mejorar uno o varios de estos aspectos, nuestros resultados no podrán mejorar nunca.
Si alguien tiene problemas de dinero,
INEVITABLEMENTE se debe a que tiene baja autoestima. De tener alta
autoestima, ya habría logrado solucionar sus problemas, arriesgándose,
confiando en sí mismo, dejando de lado el ego y prestándole atención a
quienes verdaderamente saben sobre el tema (y no a los tradicionales
“sabios”).
Si alguien está viviendo una vida de abundancia ¿Qué
crees que pasará? Lo más normal, es que sus resultados lo hagan sentir
bien, y siga reforzando su confianza en sí mismo. Su entorno le hará
pensar cosas como: “¡SI VES QUE SÍ PUEDO!”. Esto es lo mejor que puede
ocurrirle a una persona que está en proceso de cambiar su vida, pues es
como una bola de nieve de grandiosos resultados.
Pero lo contrario (desafortunadamente) también es
cierto. Si alguien fracasa y se siente mal por ello (es decir, tiene una
autoestima tan baja como para relacionar los resultados en el entorno
con su valor personal) pues su autoimagen de inmediato se ve lastimada, y
su valor propio percibido se va al suelo.
¿Qué va a pasar cuando esa persona decida emprender
cualquier otra actividad relacionada con el dinero? Pues que va a tener
el pasado en su mente, y va a creer que esta vez también tiene muchas
posibilidades de fracasar. Esto, afectará su actitud hacia la vida, y
por supuesto sus decisiones… Y los resultados finalmente se entonarán en
la misma frecuencia dándole más de lo que espera… fracasos.
Cuando dices: “Ojalá pueda lograrlo” no estás confiando en ti. Estás teniendo baja autoestima.
Cuando dices: “Estaría más tranquilo si no tuviera
tantas deudas” no estás confiando en ti, y tu autoestima te hace pensar
que las deudas son un reflejo de tu bajo valor personal.
Cualquier dificultad monetaria es el reflejo de lo
que hay en la mente de las personas. La pobreza es el reflejo de la
mentalidad de escasez causada por la baja autoestima.
Y en el mismo orden de ideas, la riqueza es el reflejo de la mentalidad de abundancia causada por la alta autoestima.
Así que pregúntate a ti mismo (y respóndete): ¿Cómo
está tu situación financiera hoy? ¿Cuáles son los resultados que estás
atrayendo y creando en tu vida? ¿Estás relacionando el dinero y la
pobreza con tu valor personal? ¿Estás tomando consejos de personas que
no han logrado nada bueno en la vida?
Y quizás la pregunta más importante de todas: ¿Estás
dedicando al menos una hora diaria a mejorar tu vida? ¿A leer libros
sobre cómo salir de tus problemas financieros?
Hay cantidades de materiales en Internet y en librerías que pueden ayudarte, pero primero debes confiar en ti. Debes confiar en tu habilidad para aprender dichos conceptos y aplicarlos en tu vida, aún cuando existan riesgos.
Debes aumentar tu autoestima.